Verrua Savoia, 22 de octubre de 2011
El 1ro de enero pasado, Benedicto XVI ha anunciado su intención de solemnizar el 25° aniversario del histórico encuentro realizado en Asís el 27 de octubre de 1986, por voluntad de Juan Pablo II. Con este motivo, Benedicto XVI ha querido convocar, para el próximo 27 de octubre, una “Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo”, que tendrá como tema: “Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz”, invitando nuevamente a unirse en este camino a “nuestros hermanos cristianos de diversas confesiones” (los herejes y los cismáticos), a los “representantes de las tradiciones religiosas del mundo” (los infieles) y, “de manera ideal, a todos los hombres de buena voluntad” (los ateos).
En el programa oficial se afirma que todos los participantes –denominados peregrinos de la verdad– están en la búsqueda de la verdad que todos poseen en modo diverso, y que nadie posee plenamente siendo “inagotable”; los mismos ateos estarían “inevitablemente orientados” hacia Dios, Sumo Bien y Suma Verdad. Es por eso que, también ellos, en un ideal y simbólico Atrio de los Gentiles, forman parte del Templo de la religión universal que se quiere edificar. En el programa oficial de la jornada está excluida la celebración de la Misa, así como toda oración pública: resultado paradojal para una reunión religiosa (pero que no conoce un solo Señor, una sola Fe y un solo Bautismo).
Andrea Riccardi, responsable de la comunidad de San Egidio que cada año organiza encuentros interreligiosos según el “espíritu de Asís”, ha explicado que estos encuentros se inspiran en la “religión universal” preconizada por el Rabino de Livorno Elia Benamozegh. El Padre Rosario Esposito S.S.P., en diálogo con las Logias Masónicas, explicó en su momento que la reunión de Asís reprodujo exactamente los trabajos de las Logias Masónicas, donde en un espíritu de fraternidad, hombres de todas las religiones, conservando cada uno su propia creencia (o sin creencia), trabajan juntos por el bien (sic) temporal de la humanidad.
La afirmación según la cual se quiere evitar el laicismo, entendido solamente como exclusión de toda influencia religiosa en la sociedad, no tranquiliza; en efecto, es del laicismo que se adopta el principio de la separación entre el Estado y la Iglesia (la única verdadera Iglesia: Católica, Apostólica y Romana).
La afirmación según la cual se quiere evitar el sincretismo (y el hecho de que no se prevean ceremonias idolátricas en las iglesias católicas, como ocurrió en la primera reunión de Asís que se quiere conmemorar), no tranquiliza, ya que se favorece de hecho el indiferentismo, haciendo creer que todas las religiones (e irreligiones) son buenas, vienen de Dios y conducen a Él.
Siendo así las cosas, hoy como en 1986, nuestro Instituto, puesto bajo el patrocinio de Nuestra Señora del Buen Consejo, y todos sus miembros, satisfaciendo el deber de todo bautizado de testimoniar públicamente la fe católica en la Santísima Trinidad, único verdadero Dios, de confesar abiertamente a Nuestro Señor Jesucristo (Lc. 18, 8) sin avergonzarse de Él, y de evitar toda profana novedad (1 Tim. 6, 20) y todo hombre hereje (Tito 3, 10):
- Condena abiertamente la reunión del 27 de octubre de 2011 como injuriosa a Dios, escandalosa para las almas, al conducir objetivamente al indiferentismo religioso e incluso al ateísmo, según la enseñanza de Su Santidad el Papa Pío XI en su Carta Encíclica Mortalium animos.
- Declara no poder estar en comunión con todos aquellos que han promovido o participado en dichas reuniones, desde la de 1986 hasta la de este año, ya que no puede venir de la asistencia de Jesucristo, que está todos los días con la Iglesia y con Su Vicario, y del Espíritu de Verdad que procede del Padre y del Hijo, la renuncia práctica a la misión que Cristo confió a la Iglesia: “id, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. “Quien crea y se bautice, se salvará. Quien no crea, se condenará” (Mt. 28, 19; Mc. 16, 16). La iniciativa del 27 de octubre no puede venir de la Iglesia y de un auténtico Sucesor de Pedro, sino que viene más bien del modernismo condenado por San Pío X en la Encíclica Pascendi.
- Invita a todos los católicos a la oración, a la penitencia y a la reparación por la injuria hecha a Dios y el anti-testimonio de la reunión de Asís; a rechazar las sectas heréticas y cismáticas, las falsas religiones que ignoran o niegan a Jesucristo, y la impiedad del ateísmo; a rezar por la conversión a la verdadera Fe –que es la Fe Católica– de aquellos que se han alejado de ella.
Que Dios venga en nuestra ayuda, mediante la intercesión de la Santísima Virgen María, Mediadora de todas las gracias.
Verrua Savoia, 22 de octubre de 2011